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Más allá de las noticias falsas (de la posverdad) manifiestamente presentes en nuestro mundo actual, ante las cuales hemos de permanecer en constante vigilancia, hay otra perspectiva (encarnada y relacional) que reclama en estos momentos nuestra atención: la de los espejismos de la certeza (Hustvedt, S. (2016/21). Los espejismos de la certeza. Reflexiones sobre la relación entre el cuerpo y la mente. Barcelona: Planeta).
En pocas ocasiones un
libro está tan plagado de atinadas y cruciales preguntas como en este
-¿qué es cultura y qué es biología?-. Es una obra de lucidez. Su autora,
con toda razón, cuenta en su haber con importantes premios, incluido el bien
conocido por nosotros de Princesa de Asturias.
Ciertamente, una política
de laissez faire, laissez passer ante una vertiginosa
digitalización de nuestro mundo no es, humana y científicamente, lo más
recomendable. Es a todas luces preferible seguir la estrategia de más vale prevenir que remediar. Las
herramienta poderosas –y las digitales sin duda lo son- pueden ser utilizadas
para producir el mal o para fomentar el bien. Contrariamente a lo que a veces
se piensa, no es bueno afirmar sin más que las herramientas son neutras. Con semejante postura no
aprendemos nada ni se nos enseña nada de utilidad.
Pincha sobre la imagen para visitar el museo
Luego, más vale elegir
otro enfoque, gracias al cual podamos ver en cada caso las implicaciones y derivaciones humanas de sus usos. Aquí sí que
podemos aprender –y mucho-, como se pone de manifiesto en las 12 obras recensionadas.
En la sala 17 podemos contemplar cómo hace
acto de presencia un futurovertiginoso, vertebrado por las tecnologías digitales. Cerrar nuestros ojos y
mentes a este futuro ya presente francamente nos perjudicará. Estamos pues a
tiempo para afrontar los nuevos desafíos –retos- de la digitalización.
Bienvenida sea, pues, esta saludable
ayuda que aquí se nos ofrece.
En la siguiente sala –18– tendremos oportunidad de constatar cómo es posible, aunque en
modo alguno fácil, la fructífera
colaboración de lo analógico y lo digital. Adentrémonos, pues, en los sanos horizontes que se nos abren.
En la sala 19 se nos justifica por qué henos
de estar muy atentos y activos ante lo que se nos quiere
vender como una panacea de eficientes respuestas a los males de
nuestro tiempo. En las nuevas y poderosas tecnologías digitales
–inteligencia artificial, por ejemplo- estaría nuestra salvación, tanto de nuestro presente como, sobre todo, de un
utópico futuro. Hemos de prestar mucha atención a este tipo de informaciones salvadoras.
Parece, en consecuencia,
que no vamos a tener más remedio –sala
20– que enfrentarnos, con pensamiento
crítico –lúcido y bien fundamentado científicamente-, al
lado más oscuro –a la pesadilla
tecnológica– de la digitalización. Más nos vale estar bien preparados.
Gozarás
con lo aprendido. Gracias a ello, te sentirás mejor, más
seguro/a, más dispuesto/a a utilizar
sabiamente las herramientas creadas por nuestros propios congéneres y valoradas críticamente por personas que
gozan de manifiesto prestigio
internacional por su dominio en estas materias.
Finales de junio de 2023 está a la vuelta de la
esquina. Del 26 al 28 celebraremos este congreso
en Valencia. Los dos pilares sobre los que se asienta son fundamentales para
podernos manejar en nuestras vidas actuales: el bienestar psicológico y la digitalización.
Hay unas necesidades claramente sentidas,
y ya expresadas,
dentro del mundo de la enseñanza formal, en todos sus niveles: desde infantil
hasta la universidad. Los aspectos psicológicos –necesidades psicológicas (autoestima, desarrollos afectivo,
intelectivo, social, salud mental…)- son dimensiones fundamentales –en su doble
faceta de funcionalidad y disfuncionalidad– a lo largo de todo el
ciclo vital.
No es ni justo ni humano
cargar únicamente sobre las espaldas del profesorado el tipo de evolución –más
o menos sano- de todos estos desarrollos. Son necesarias, pues, personas académicamente bien formadas
que colaboren con la comunidad educativa
para sacar adelante, sana y sabiamente, estas evoluciones existenciales. Este
Congreso puede -y debería- ser una buena
oportunidad para ponernos al día en torno a lo que la ciencia –nacional e internacional- nos aporta actualmente en este
terreno.
A esto se ha de añadir el
asunto de la digitalización. Ya está
entre nosotros. Como toda empresa humana, su puesta en práctica progresiva no
puede ser ni totalmente perfecta ni totalmente imperfecta. Sería un oxímoron. Sin duda, puede llegar a ser muy provechosa en los ámbitos educativos
e igualmente conllevar aspectos más bien
negativos para el desarrollo de las personas en sus distintas dimensiones.
En el Congreso vamos a
estudiar esta doble faceta de la
realidad de la digitalización, justamente a la luz de las aportaciones científicas más relevantes. Aprovechemos entonces esta
ocasión que se nos brinda para avanzar tanto en el bienestar psicológico, en su integridad, como en una humanizada digitalización. Esto implica
que cualquier herramienta digital ha
de estar al servicio de la ciudadanía –profesorado, alumnado, familias (toda la
comunidad educativa)- y no a la
inversa. Ojalá lo consigamos entre todos.
Os recibiremos con los brazos
abiertos. Aprenderemos disfrutando.
Nos vemos, de forma analógica o digital, al gusto y posibilidades de cada cual.
Este conjunto de cuatro nuevas salas –en total son ya 16-pretende mostrar, gracias a la estrecha colaboración de la inteligencia humana y artificial al
servicio de la ciudadanía, volúmenes
de muy especial significación personal y
social, vertebrados en torno a un hilo conductor: el de la buena ciencia. A esto se añade la
correspondiente crítica a la no tan
buena ciencia, en el marco estricto de la divulgación científica.
Comenzamos la visita a
este museo digital –sala 13- con una llamada de atención a algunos riesgos presentes en nuestra sociedad digitalizada.
Continuamos con marcos conceptuales críticos –sala 14- con
lo que se nos suele presentar como realidades
incuestionables.
Seguimos con una llamada al buen pensar y al buen hacer –sala 15-, en estos tiempos más bien oscuros.
Finalizamos –sala 16- con
tres asuntos de capital relevancia –luz, biodiversidad y universo
en evolución-, que nos posibilitan conocer nuestro mundo actual y el inmediato
futuro, según el mejor relato posible para los humanos: el relato de la buena ciencia.
Que disfrutes de este
museo gratuito, en el que se exponen
las obras de divulgación científica
más destacadas internacionalmente. Aprovecha esta oportunidad para un saludable aprendizaje. Goza aprendiendo.
¿Qué mejor que hacerlo
con cuatro salas dedicadas íntegramente a las obras de Premios Nobel de distintas disciplinas científicas?
La primera de ellas –la
9- a premios de Física y Química. La
segunda –la 10- a la Economía
–psicológica- y a la Medicina. La
tercera y cuarta –la 11 y la 12- exclusivamente a la Economía.
Pinchar sobre la imagen para visitar el museo
Las personas que deseen
estar formadas, científicamente hablando, necesitan conocer los relatos bien fundamentados de nuestro
origen, nuestra existencia actual y nuestro futuro. A buen seguro quedarán
complacidos/as quienes visiten la sala 9.
Hoy sabemos que aunque a
la Psicología no se le otorgan este
tipo de premios –los Nobel-, en modo alguno significa que los psicólogos/as no
los hayan recibido –de Medicina, de Economía e incluso de Literatura-. Además, gracias a ello, en
el campo de la Economía, los economistas han asumido que debe haber una economía conductual. Comprobemos, pues,
la interacción fructífera entre
estas tres áreas de conocimiento: psicología,
economía y medicina. Con alta probabilidad nos satisfará la visita que
hagamos a la sala 10.
El 12 de abril de 2023 tuvimos
la oportunidad de transformar unas necesidades
sentidas, que son de carácter vital para profesores, alumnos y familias, en
necesidades expresadas, lo que en
modo alguno es poca cosa.
Las personas
representantes de las principales instituciones implicadas en la enseñanza
formal hemos sido testigos fieles
del aumento de problemas
comportamentales –básicamente de tipo psicológico: del bienestar psicológico– en los centros de enseñanza, sobre todo
después de la última pandemia causada por el SARS-CoV-2.
En el intento más que
justificado de solventarlos, hemos sido conscientes de que a todas luces nos
desbordaban, por lo que era imprescindible, en un primer momento, convertir
estas necesidades sentidas en expresadas ante las autoridades
ministeriales. En concreto ante el actual Secretario de Estado de Educación y Formación
Profesional y las personas más relevantes del propio Ministerio, por él
elegidas.
Se les ha comentado que
son necesarios especialistas en los
centros, debidamente formados por las universidades –ya se cuenta con estas
personas desde hace tiempo-, para que puedan afrontar científicamente estos problemas. Específicamente se han requerido
psicólogos/as educativos.
El objetivo de sociescuela (https://sociescuela.es/)
es la elaboración e implementación de herramientas
digitalizadas que posibilitan diagnósticos
científico-técnicos sobre el clima
social y la convivencia en los centros escolares. Se parte del principio,
bien avalado por los datos, que más vale prevenir que remediar. La detección temprana de los problemas es
clave para la solución de los mimos.
Hasta el momento son dos las herramientas ya validadas y que, por consiguiente,
están en pleno funcionamiento: la
que proporciona un sociograma –relaciones
funcionales y disfuncionales dentro del aula-y la centrada en un cribado (screening) sobre el riesgo en salud socioemocional del alumnado.
En el título se pone de
manifiesto que es posible –de hecho es lo que ocurre- distinguir al menos tres grandes tipos de educación. La formal, que es en estos momentos,
afortunadamente, la conocida por la mayor parte de la población mundial: la que
cuenta con un reconocimiento oficial
–acreditación- por parte de los diferentes estados. La no formal: aquella que si bien comporta procedimientos semejantes a
la formal –profesores, alumnos, aulas…-, no está garantizada por los poderes
públicos –gobiernos-, con los correspondientes títulos oficiales. Suele ser complementaria a la formal. La informal: los contextos son
extraescolares, los ambientes informales y trata de fomentar una formación más personal
y cultural. Se extiende por doquier y
más en estos tiempos en los que toda clase de información circula permanentemente
por las redes en nuestro mundo digitalizado.
Uno de los retos prioritarios de ACIPE es el de intentar lograr que
estos tres tipos de educación se encuentren vertebrados por la buena ciencia. Al ser una Asociación
Científica sin ánimo de lucro esta buena ciencia ha de estar al servicio de toda la ciudadanía.
¿Pero qué es eso de la
buena ciencia? La proveniente de las visiones obtenidas al subirnos a los hombros de gigantes intelectivos,
siguiendo la recomendación de una de las mentes más brillantes de todos los
tiempos: la de Newton.
Las obras de los Premios Nobel de distintas áreas de conocimiento científico pueden ser un buenísimo primer paso en el ascenso por la escalera de la excelencia, abierta y disponible para todo el mundo. Otros reconocimientos internacionales también constituyen una extraordinaria pista para la selección de libros relevantes. En los inicios de 2023 ya contamos con más de un centenar y cuarto –más de 125- de obras cuya lectura nos adentra sin duda en la buena ciencia: https://acipe.es/category/analisis-libros.
Ahora bien, como es posible imaginar, son demasiadas las recensionesde libros ya existentes. Sería bueno contar con una guíafacilitadora que nos permitiera ir al núcleo de interés de cada momento.
Eso es lo que se puede encontrar en el museo digital de ACIPE. Podrás observar que aquí las inteligencias analógicas –humanas- y digitales –algorítmicas– colaboran al servicio de la ciudadanía. Los cuadros y las nubes de palabras, creados por la inteligencia algorítmica, nos conducen fácilmente al trabajo –recensiones- realizado por la inteligencia humana. Con estos estímulos, si te apetece, ya puedes entrar en el territorio de la buena ciencia. Sin apenas darte cuenta, tu mundo habrá cambiado considerablemente para bien y para siempre.
Así, ya quedan formadas las comunidades de enseñanza y aprendizaje –formal, no formal e informal-, que practican círculos virtuosos –buenos docentes y discentes-, gracias a los cuales estaremos mejor preparados para disfrutar de un presente y un futuro halagüeños –optimización de nuestras capacidades-, sabiendo que gracias precisamente a ellas también podremos afrontar, con alta probabilidad de éxito, los grandes retos (amenazas) que a buen seguro se nos avecinan o que incluso ya han hecho acto de manifiesta presencia –cambio climático, desigualdades, discriminaciones, entre otros desafíos vitales-.
La buena ciencia nos hará más libres, más sabios y más humanos. Practiquémosla y veamos si así sucede. Ánimo, pues. Está en tus manos.
Desde ACIPE nos sumamos a la petición de la retirada del Proyecto Actual del Ministerio de Universidades sobre los Grados en Maestra/o en Educación Infantil y Educación Primaria y de la apertura de un proceso transparente de reflexión que incorpore todas las perspectivas e incentive la participación, el diálogo y el consenso entre todos los agentes educativos, que ha sido realizada por la Asociación Española de Profesores e Investigadores en Didáctica de las Ciencias Experimentales. Por ello, y como miembro de COSCE, comparte también el comunicado de adhesión a la petición de retirada del Proyecto realizado por ésta.
Dos de ellos ya se han desarrollado en este mes de febrero. El primero tuvo lugar en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid. Nos referimos a la Jornada sobre Salud Mental en Contextos Educativos. Allí se puso de manifiesto la necesidad sentida y expresada de contar con personas graduadas o licenciadas en psicología y, a ser posible, con un máster en Psicología de la Educación. Se dejó constancia por parte de los distintos ponentes de las contribuciones que estos profesionales aportan al bienestar emocional y al rendimiento académico de los centros educativos. Sus servicios especializados no sólo son útiles para el alumnado, sino también para el profesorado y para las propias familias. Los datos son contundentes, sobre todo a escala internacional: hay considerables diferencias –de bienestar emocional y rendimiento académico- entre los centros que cuentan con estos servicios y los que no los tienen. De ahí la necesidad de normativas actualizadas que, para bien de la ciudadanía –alumnado, profesorado, familias y sociedad-, hagan realidad la incorporación sin tardanza de esta figura en todos los centros educativos.
El segundo evento se ha celebrado en Santiago de Compostela. Se trata de la Conferencia Mundial de Educación. Sin educación no es posible un saludable presente ni un futuro prometedor. La educación es ante todo y sobre todo inversión –imprescindible aviso para tirios y troyanos-. Si esto no se entiende, el porvenir no será precisamente halagüeño. Estamos a tiempo para a) corregir lo que no está yendo bien –que es bastante-; b) prevenir males –con la buena ciencia es posible: prevención primaria, secundaria y terciaria– que ya nos están acechando (aburrimiento, desmotivación, abandono y fracaso escolar, desilusión, angustia, bajo rendimiento, depresión…) e incluso c) optimizar nuestros sistemas educativos. Sin ciencia –sin la buena ciencia– vamos por muy mal camino.