Claves de la innovación

Ridley, M. (2020/21). Claves de la innovación. Barcelona. Antoni Bosch.

Pocas duda pueden caber de que este autor figura, a escala internacional, como uno de los grandes divulgadores científicos de nuestros días. El tema monográfico es en esta ocasión la innovación (no invención) que se define como el modo de descubrir nuevas formas de aplicar energía para crear cosas improbables y exitosas (utilizables). De ahí el innovacionismo: aplicar ideas nuevas para elevar el nivel de vida, dando una oportunidad a la suerte. El fracaso suele ser el padre del éxito en la innovación.

Estamos ante una visión bastante distinta de la de las innovaciones rompedoras. Se trata más de evoluciones (esfuerzo colaborativo más que individual, learning by doing y coraje) que de revoluciones o invenciones. El uso suele preceder al propio entendimiento de la innovación.

Si bien es uno de los fenómenos más importantes del mundo moderno, no deja de ser curioso que sea sin embargo uno de los menos comprendidos. La innovación parece obvia vista en perspectiva, pero muy difícil de predecir en su momento (inevitable en retrospectiva, misterio en prospectiva).

El objetivo del libro será pues intentar resolver algunos de sus misterios, a la par que averiguar si es posible fomentarla, dada su constatada utilidad social. Las notas más características son su prehistoria, un periodo breve de avances (patentes) y una historia de perfeccionamiento progresivo mediante ensayo y error, todo ello inmerso en un ecosistema innovador.

El autor lleva a cabo un recorrido histórico por las principales innovaciones de nuestra especie, en el que procura tener en cuenta al mayor número posible de implicados/as (en general, personas comunes) frente a la perspectiva más clásica de la elección de un único representante (mitos heroicos). La innovación tiene lugar entre cerebros más que dentro de uno de ellos.

Se comienza con el análisis de la energía (la máquina de vapor y sus implicaciones…). Se continúa con la salud (la inoculación frente a la viruela y otras diversas vacunas, la cloración de las aguas para desinfectarlas y hacerlas potables… Y así se sigue con otras áreas como el transporte (avances ferroviarios, de la navegación, de  la industria automovilística, de la aviación…) o la alimentación (el cultivo de la patata, los fertilizantes, el trigo enano, los cultivos resistentes a insectos, el editor genético CRISPR…).

Otras áreas en las que se analizan igualmente las innovaciones van desde las enmarcadas en la baja tecnología (numeración indoarábiga, inodoro, chapa metálica -hierro corrugado-, los contenedores, la economía colaborativa…) a la comunicación y  computación (telégrafo, radio, ordenadores, internet…)  sin dejar de lado incluso a las innovaciones prehistóricas (la agricultura, la domesticación del perro, el origen del fuego y de la propia vida).

Tras este enfoque histórico procedía detenerse definitivamente en las claves de las innovaciones en cuanto tal: son graduales (evolución pues, no revolución), son recombinantes, van más allá de las invenciones,  dan cabida a la serendipia,  son fruto del ensayo y error y del trabajo en equipo, inexorables (se acabarán produciendo más allá de las aportaciones de los individuos concretos), suelen ser  sobreestimadas a corto plazo y subestimadas a largo plazo, florecen con gobiernos fragmentarios y con menos recursos –eficiencias generadas por la innovación, las grandes empresas son malas en innovación-, generan ciencia a la par que dependen de ella, con lo que se supera así la concepción derivada del modelo lineal clásico, pueden ser beneficiosas o nocivas, pero no generan desempleos (en contra de las creencias tecnofóbicas). A su vez, hemos de ser conscientes de que las innovaciones fallidas también existen (mentiras, fraudes, modas y errores), al igual que la resistencia a la innovación (demonización de la biotecnología, miedos infundados, resistencia de los monopolios, obsesión por las precauciones…).

Más allá de los acuerdos y desacuerdos con determinados planteamientos y análisis, expuestos y defendidos por el autor, la lectura de este libro nos proporcionará a todos un cúmulo de conocimientos útiles a la hora de afrontar con éxito nuestro futuro –previsiones para 2050-, además de estimular una sana reflexión bien documentada y serena (tan pertinente en nuestros días) sobre las implicaciones de las innovaciones a escala mundial.

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