Superinteligencia: caminos, peligros, estrategias.

Bostrom, N. (2014). Zaragoza: Teell Editorial

Portada del libro superinteligencia

Portada del libro Superinteligencia

Para cualquier psicólogo y más si cabe para las psicólogas y psicólogos educativos el sólo título de “superinteligencia” debiera atraer nuestra inmediata atención. Si a esto añadimos que su autor es Nick Bostrom, profesor universitario, con amplia experiencia en filosofía, física, neurociencia computacional o lógica matemática y director del Programme on the impacts of future technology, la motivación intrínseca para la lectura de esta obra debiera ser de inmediato satisfecha.

 

He de señalar desde un principio que la comprensión de su contenido requiere esfuerzo, amplitud de miras, buena formación interdisciplinar y deseo de estar debidamente preparado para lo que nos pueda deparar el futuro, desde el punto de vista de la inteligencia, más específicamente de su transformación en superinteligencia (cualquier tipo de intelecto que exceda el desempeño de los humanos en la mayoría, si no en todas, las áreas de interés). A cambio, el lector no acabará defraudado, con independencia de su valoración de lo que se nos avecina. Hemos de partir del hecho, tantas veces constatado, de que la ignorancia no suele paralizar los procesos venideros y, en cambio, sí puede dificultar considerablemente nuestra adaptación al cambio o incluso la posibilidad de desviar el rumbo, si lo que es previsible se considerara pernicioso para nosotros y nuestras circunstancias.

El marco de esta obra es el transhumanismo, sin caer en ningún caso ni en la tecnolatría ni en la tecnofobia. La cuestión esencial se podría sintetizar así: la evolución posibilita una explicación relativamente buena de nuestra actual inteligencia (o de los diversos tipos de inteligencia). Ahora bien, el desarrollo propositivo de la misma, ¿podrá dar lugar a una supertinteligencia? Si así fuera, ¿cuáles serían los caminos o las estrategias más probables para ese logro y cuáles sus posibles beneficios y peligros?

Varios podrían ser los caminos (no tienen en modo alguno por qué ser antagónicos): redes y organizaciones (conexiones de inteligencias entre sí y con artefactos y robots); interfaces cerebro/ordenador (implantes, ciborgización); cognición biológica (biotecnología; manipulación genética); emulación del cerebro completo (reproducción digital del cerebro original); inteligencia artificial (IA), teniendo en cuenta sus diversas acepciones.

Con respecto a esta última vía (tal vez la más prometedora para el logro de la superinteligencia), se parte de un breve análisis histórico de sus desarrollos, deteniéndose en  sus éxitos, pero también en sus fracasos (con respecto a las expectativas en su día creadas), para, a partir de ellos, tratar de vislumbrar su evolución probable en tiempos venideros. De momento, ya se puede constatar la existencia de más de 10 millones de robots y que el motor de búsqueda de google es, probablemente, el mayor sistema de IA construido hasta la fecha.

Asumiendo que en modo alguno es imposible, sino más bien todo lo contrario, que llegue en un futuro no muy lejano el surgimiento de la explosión y conversión de la inteligencia típica del homo sapiens en superinteligencia (es importante tener en cuenta, por sus implicaciones, la velocidad de despegue), ¿qué características podría o debería tener ésta y sobre todo cómo se puede lograr su control  para que no acabe causando graves problemas a la propia humanidad (crimen mental, suplantación perversa)? Una de las características que merece una reflexión detenida es la relación entre la superinteligencia  y dimensiones como la motivación, los valores o los criterios elegidos e implementados para la toma de decisiones.

A raíz de lo dicho, uno intuye que sería bueno hacer un esfuerzo (que cuenta con un considerable refuerzo intelectual positivo) por asimilar esta documentada síntesis de conocimientos recientes (y previsiones probables), provenientes de diversas disciplinas científicas. En el decir de algunos profesores e investigadores prestigiosos (que imparten su docencia en las mejores universidades del mundo: MIT, Stanford, Berkeley…) estaríamos ante uno de los asuntos más relevantes de toda la historia de la humanidad: la superinteligencia. La pasividad, al menos en este caso, no es la actitud más recomendable. El asunto cobra mayor relevancia, por razones obvias, para los investigadores y profesionales de la Psicología de la Educación.

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