Sapiens. De animales a dioses.

Harari, Y. N. (2013). Barcelona: Debate.

Portada del libro "Sapiens. De animales a dioses"

Portada del libro «Sapiens. De animales a dioses»

Los acipeños y acipeñas ya tenemos noticia en esta misma web del profesor Harari por otra recensión  de uno de sus trabajos más recientes   y que constituye una visión del futuro, complementaria de ésta, que se centra en el pasado: Una breve historia de la humanidad. Aunque breve, es densa, está muy bien documentada y fundamentada científicamente y, además, bien escrita, por lo que resulta apasionante y sumamente ilustrativa, más allá del acuerdo o desacuerdo con las afirmaciones o conclusiones defendidas. Uno pude aconsejar su lectura sin temor a defraudar, siempre que el lector no sea dogmático, engreído y con escasas ganas de aprender.

El hilo conductor del libro lo constituyen tres grandes revoluciones: la cognitiva (aparición del homo sapiens hace unos 70.000 años, con su lenguaje único), la agrícola (domesticación de plantas y animales y asentamientos permanentes hace unos 12.000 años) y la científica (la humanidad admite su ignorancia, por lo que comienza a indagar con rigor sobre sí misma y sobre todo lo que le rodea, gracias a lo cual va adquiriendo un poder divino. El comienzo hay que situarlo en torno a unos 500 años atrás).

Los aspectos más esenciales que vertebran estas tres revoluciones pueden sintetizarse así. Tanto el género homo como la especie sapiens aparecen (por evolución) en un mundo al que tanto los homos, en general,  como los sapiens, en particular, se han de acomodar si quieren sobrevivir y reproducirse. En el caso del sapiens, gracias a un grupo de especiales características concatenadas (cerebro grande, uso de utensilios y del fuego, lenguaje, capacidades de aprendizaje y estructuras sociales complejas –cooperación social-, entre otras), derivadas todas ellas de la actuación ciega de la selección natural (este es el mecanismo común explicativo para todo tipo de géneros y especies), podemos constatar un claro desarrollo histórico: en un principio fuimos cazadores-recolectores, después agricultores-ganaderos, hoy  principalmente urbano-industriales.

En los comienzos, la exploración del planeta y la constatación de su superioridad cognitiva (de homo sapiens)  le hacen creer  que sabe lo suficiente para hacerse con el control de la flora y la fauna con la que se va encontrando, contribuyendo en buena medida a la reducción de la variablidad de las mismas, empezando por las especies dentro del género homo (neandertales, denisovanos…) y siguiendo con plantas y animales (extinciones de las megafaunas australiana, americana…).  Ha sido tal su poder cognitivo que a él se debe la creación de los propios dioses y las correspondientes religiones (Leyendas, mitos, dioses y religiones aparecieron por primera vez con la revolución cognitiva), con una lejana y última  finalidad: la de cohesionar y unificar la propia humanidad. Ya más cercanos a nuestros días, se hace consciente de que ignora el porqué de las cosas y el de su propia realidad. Comenzará un tiempo frenético de continuos avances de conocimientos explicativos, gracias a la aplicación de la metodología científica, cuyos resultados saltan claramente a la vista de los sapiens del siglo XXI. Gracias a estos hallazgos científicos, ya hoy, pero sobre todo en el futuro, el sapiens es capaz de ir trascendiendo los límites ciegos impuestos por la selección natural, para dar paso a un diseño inteligente humano que se extienda a todo el universo.

De ahí que, gracias a la lectura de esta obra podamos ser testigos de una historia, rigorosamente contada, sobre un animal (el sapiens) que se ha ido paulatinamente convirtiendo en dios. No hemos de extrañarnos, pues, de que el autor pueda afirmar, a la luz de la abundancia y concordancia de pruebas científicas, que no hay dioses en el universo, no hay naciones, no hay dinero, ni derechos humanos, ni leyes, ni justicia fuera de la imaginación común de los seres humanos.

Cabe así imaginar, siguiendo con esta misma lógica, que la mirada al futuro de este gran historiador y pensador no podía ser otra que la reflejada en su Homo Deus, con cuya alusión precisamente iniciamos esta reseña.

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