Gratton, L. (2012). Barcelona: Galaxia Gutenberg.
Esta catedrática de la London Business School, de reconocido prestigio internacional, nos presenta un libro que vio la luz al principio de la presente década. En él hace predicciones sobre la sociedad en general y sobre los trabajos futuros (el trabajo del mañana empieza hoy), en particular. Su lectura ahora nos puede servir para valorar hasta qué punto sus planteamientos son de fiar. Si los datos actuales apoyan sus perspectivas, nos será de mucha ayuda para enfrenarnos a los grandes retos del inmediato futuro, con mayores probabilidades de éxito, pues nos permitiría ir asimilando y adaptándonos a las nuevas circunstancias. Ignorarlas resultaría arriesgado e irreflexivo. Conocerlas y reflexionar sobre ellas puede servirnos para crear una vida laboral a prueba de futuro.
Entiende que son 5 las grandes fuerzas que condicionarán nuestras vidas. Las nuevas tecnologías, con su crecimiento exponencial, la plena conectividad, su ubicuidad, el aumento de la producción, las ofertas de participación, la digitalización o los asistentes cognitivos, por sólo citar algunos de sus aspectos más destacados. La globalización, centrada en las economías emergentes, en el paso de lo rural a lo urbano, en las reservas del talento emergente a escala internacional o en las innovaciones frugales y de bajo coste, por traer a colación algunos ejemplos ilustrativos. La demografía y la longevidad: la emigración mundial aumentará y se prolongarán los años de vida, gracias, entre otros factores, a los nuevos conocimientos científicos de tipo biológico y social. La nueva sociedad: se producirán más cambios en las estructuras familiares, las mujeres conquistarán más poder, los tiempos para el ocio se ensancharán, habrá más colaboración horizontal y unos conocimientos más especializados. Los recursos energéticos: el agotamiento de ciertos tipos de energías, los avances en el desarrollo de nuevas fuentes de energía (energías renovables), el surgimiento de la cultura de la sostenibilidad o los cambios en los ecosistemas globales se están ya constituyendo en focos de atención mundial.
Este entramado de fuerzas puede dar lugar a un futuro por defecto en el que imperen, como situación extrema, la fragmentación (estamos recibiendo informaciones yuxtapuestas las 24 horas al día, los 7 días a la semana, debido a la conexión digital permanente), el aislamiento (asistimos al fin de la camaradería, a la escasez de contactos analógicos entre las personas, incluidos los familiares y amigos), la exclusión (aumentan las desigualdades entre ganadores y perdedores -el ganador se queda con todo-, aumenta la ansiedad social), el narcisismo (siempre pendientes de lo que los demás -desde las diversas redes sociales sobre todo- piensan de nosotros). Pero, afortunadamente, también estas mismas 5 fuerzas nos pueden conducir a un futuro elaborado. Este último es el que más nos debiera interesar, sin olvidarnos de que el otro también es posible. ¿Cuáles serán algunas de las características más destacadas y distintivas de ese futuro elaborado? Seleccionemos tres, como ejemplos representativos: la cooperación y la co-creación, gracias sobre todo a las facilidades proporcionadas por las herramientas digitales y la globalización; el compromiso social (auge de la empatía); el aumento de los microemprendedores (diseño de vidas creativas).
Dentro de nuestro terreno más específico –el de la Psicología de la Educación-, la tesis que se defiende aquí es la del cambio de una formación generalista y superficial a otra más especializada y cualificada (máster interdisciplinario: profundidad en los conocimientos y en el saber hacer -desarrollo de competencias específicas-). Se trata de incrementar al máximo tres tipos de capitales: el intelectual (maestría y dominio de un campo del saber), el social (creación de valor, conjuntamente: gremios, comunidades regenerativas, cuadrillas) y el emocional (un equilibrado conocimiento de nosotros mismos que nos permita llevar a cabo elecciones encaminadas hacia nuestra felicidad y la de los demás: cultivar amistades que regeneran).
En definitiva, pienso que el libro está a la altura de la merecida fama internacional de su autora. Los hechos de nuestros días parecen apoyar, en general, las perspectivas que nos ofrece. Como marco de lo que nos cabe esperar del inmediato futuro, merece un claro reconocimiento académico y, si queremos, podemos aceptar la invitación para compartir protagonismo en torno a los cambios que se nos avecinan, mediante varios medios digitales.