Miller, C. (2022/23). La guerra de los chips. Una gran lucha por el dominio mundial. Barcelona: Península.
¿Estaríamos ante una obra imprescindible para comprender adecuadamente el mundo actual -la nueva era del silicio-? Es muy probable que sí. Luego, veamos lo que nos tiene que decir este historiador, que goza de merecido reconocimiento internacional.
Hoy es un hecho bien constatado -invasión rusa de Ucrania, como ejemplo ilustrativo- que estamos asistiendo todavía a guerras –clásicas– que parecían improbables. Además de ellas, se están produciendo otras netamente digitalizadas (poder de la computación): la de los chips (lógicos, de memoria y analógicos).
Es el caso de Estados Unidos y China (asfixia tecnológica: estrangulamiento -electrónica miniaturizada, poder de computación, tecnología futurista…-), como atinado botón de muestra. Fabricar y miniaturizar semiconductores está siendo el máximo reto de ingeniería de nuestros días. La mayor parte del PIB mundial es generada gracias a los semiconductores.
La colisión -guerra- entre grandes potencias está por tanto servida (fuerza cibernética, inteligencia artificial en el armamento…). Es probable que para 2030, si continúan las tendencias actuales, la industria china de chips podrá competir, en términos de influencia, con Silicon Valley. La batalla por el espectro electromagnético será un pulso invisible librado por semiconductores.
Conocer el presente, para mejor predecir el posible futuro, supone que dominamos lo que ocurrió en el pasado reciente. El puente de unión de estos tres momentos diferentes -pasado, presente y futuro- viene necesariamente marcado -construido- por el paso del acero (Segunda Guerra Mundial) al silicio (la Guerra de los Chips). Ese salto fue posible cuando la válvula de vacío, usada en el sector electrónico, fue sustituida por el transistor (especie de interruptor eléctrico diminuto que se enciende y apaga, dando lugar así a los unos y ceros, la base de todos los cálculos digitales). El siguiente avance se produce con la integración de los transistores: el circuito integrado o semiconductor -el chip que es hoy en día un producto de gran consumo y considerado tecnología clave-.
El éxito actual de los chips se ha debido a teorías científicas, por supuesto, pero también a la transformación de estas teorías en tecnologías –ley de Moore: la mayor predicción tecnológica del siglo XX (progreso continuo y vertiginoso)-. Estas tecnologías resultan sumamente útiles (dispositivos de gran consumo, casi inimaginables: ordenadores, teléfonos inteligentes…) dentro de los ámbitos militar (guerra automatizada, armas inteligentes) y civil (la importancia de la reducción de costes, de la calidad y de la pureza en la fabricación, de la miniaturización).
Todo ello exige, como cabe acertadamente imaginar, importantes cambios económicos, políticos y sociales en el mundo actual. En el libro se hace un repaso bastante completo de lo sucedido a escala mundial: la automatización global. La sociedad industrial da, de este modo, el gran paso al universo digitalizado.
En este mundo, la competitividad –ultracompetitividad: tecnologías futuristas– de tipo científico/tecnológico (guerra económica por la tecnología, la productividad y la calidad), se hace patente a todos los niveles en los más diversos países (Estados Unidos, China, Europa, Japón, Corea del Sur, Taiwán -epicentro del mundo digital-, Singapur…). La feroz lucha -jungla despiadada: el enemigo de mi enemigo es mi amigo- por la supremacía marca los pasos a seguir, incluidos también la competencia desleal, la imitación, el espionaje, … con respecto a lo producido por la competencia. Sin semiconductores de última generación cualquier país se puede convertir en un estado fantasma, incluidos los previamente grandes. La alta tecnología es política exterior. La tecnología solo progresa cuando encuentra mercado.
Son necesarias, en consecuencia, muchas bidireccionalidades -círculos o espirales que se refuerzan mutua y permanentemente- entre las aportaciones de los grandes cerebros de cualquier parte del mundo y el contexto social -mercado- en el que han de desarrollar sus funciones científicas y tecnológicas, haciendo realidad, en el caso que nos ocupa, la así denominada destrucción creativa –vendaval de Schumpeter-.
Los correspondientes juicios de valor de todo lo que está sucediendo en estos momentos, a escala mundial, en este asunto de los chips y sus gigantescos impactos han de ser llevados a cabo por cada uno de nosotros -lectores-. Al autor le ha correspondido el gran mérito de proporcionarnos una descripción (su descripción), bien documentada, de este nuevo mundo tan digitalizado, centrado en los chips y en los cambios de todo tipo -buenos y no tan buenos- derivados de su utilización masiva. Si quieres estar al día y que no te den gato por liebre, aprovecha esta oportunidad. Controla tú la situación. En ello te va, en buena medida, tu futura salud mental y física. Lo que no es poca cosa.