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El XI Congreso Internacional de Psicología y Educación de ACIPE
En menos de un año celebraremos el XI Congreso Internacional de ACIPE. Tendrá lugar en la clara ciudad de Valencia, en el mes de junio, del 26 al 28, de 2023.
#QuedateEnCasa
Entre todos podemos
ACIPE frente al coronavirus
ACIPE, como miembro de COSCE (Confederación de Sociedades Científicas de España), suscribe plenamente el manuscrito sobre EL COMETIDO DE LA CIENCIA EN LA RESOLUCIÓN DE LA CRISIS GENERADA POR LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS SARS-CoV-2
CIPE2021
Publicado el libro de abstract del útlimo congreso organizado por ACIPE.
ACIPE quiere ser la casa de acogida en donde se sientan cómodos los distintos académicos de Psicología y Educación, los diversos profesionales (psicólogos y psicólogas educativos) y los discentes interesados en el área de Psicología Evolutiva y de la Educación.
En una sociedad postindustrial, la información y los conocimientos son sus pilares más básicos. Los psicólogos y psicólogas educativos tenemos el deber de estar bien informados y contar con los conocimientos apropiados y actualizados. Queremos abrir aquí una vía para conseguir tales encomiables objetivos.
Tal vez el principal mecanismo de difusión de las aportaciones científicas de un área de conocimiento sean las revistas. Estamos haciendo todo lo posible para que nuestra revista alcance unos esenciales patrones de excelencia en un futuro inmediato. Damos, pues, la bienvenida a tus mejores aportaciones.
Los congresos, las charlas y los seminarios son los lugares de encuentro apropiado para la puesta en común de nuestras inquietudes específicas, de tipo académico y profesional. Gracias a ellos fortaleceremos los vínculos de unión de nuestra gran comunidad de enseñanza y aprendizaje.
Sapolsky, R. (2023/24). Decidido.
Una ciencia de la vida sin libre albedrío. Madrid: Capitán Swing.
Ya conocemos bien al
autor (https://acipe.es/comportate).
Sus obras no suelen caracterizarse por dejar indiferentes a sus lectores.
Seguro que esta tampoco, como se verá de inmediato.
Punto de partida -tesis-:
no somos ni más ni menos que la suerte biológica y ambiental acumulada (no
tenemos libre albedrío). Si juntamos todos los resultados científicos
de todas las disciplinas científicas relevantes, esa sería la conclusión
científica.
Analicemos críticamente las
bases de apoyo, en tanto amantes de la buena ciencia -frente al
desconocimiento o a la mala interpretación (crisis de la replicación en
determinadas disciplinas, charlatanería académica)-.
Klinenberg, E. (2018/21). Palacios del pueblo. Políticas para una sociedad más igualitaria. Madrid: Capitán Swing.
Este sociólogo, premiado
y reconocido internacionalmente, trata de poner de manifiesto que nuestro futuro
democrático no solo ha de implicar valores compartidos -lo que en
modo alguno es ya poca cosa-, sino igualmente espacios compartidos.
Pasemos de inmediato a ver los argumentos académicos, pues si
encontramos apoyos empíricos para esta tesis, tal vez estemos ante una buena
vía para solventar las polarizaciones sociales tan patentes en
nuestros días a lo largo y ancho de nuestro mundo. Infiero que ante esta
halagüeña perspectiva tu motivación intrínseca ha aumentado. Buen comienzo,
entonces.
Como inicio tenemos las
denominadas por el autor infraestructuras sociales –los espacios
físicos y las organizaciones que configuran las relaciones personales– y que
inciden en los desarrollos del capital social –configuran el mundo-,
en positivo si son saludables y en negativo si no lo son. Son estas
infraestructuras las que condicionan las relaciones sociales -su existencia o
su carencia-, que a su vez influyen en la salud, la longevidad o las
enfermedades físicas (obesidad, tabaquismo…) y mentales (depresión…).
Hertog, T. (2023/24). Sobre
el origen del tiempo. La última teoría de Stephen Hawking. Barcelona:
Debate.
Este cosmólogo, bien conocido internacionalmente, fue colaborador de Hawking a lo largo de muchos años, durante los cuales trataron de responder a la cuestión trascendental del origen de la vida -de nuestro lugar en el cosmos-, en el marco actual de una perspectiva darwiniana del origen del propio universo. Ahí es nada. Bajo ningún concepto te prives de este gran placer de conocer su propuesta. Comencemos, pues.
Con buen pie, por
supuesto: con las felices coincidencias, como a) la era
intermedia de expansión muy lenta de nuestro universo -entre una inicial de breve
explosión inflacionaria y la actual fase de moderada expansión-, gracias a la
cual fue posible la vida, o b) una gravedad débil sin la cual no podríamos
contar con vida compleja, o c) las pequeñas variaciones en la temperatura de la
radiación residual del big bang, pues mayores o menores variaciones ni
siquiera hubiesen posibilitado el surgimiento de galaxias (cunas cósmicas de
la vida).
Wolf, M. (2023). La
crisis del capitalismo democrático. Por qué el matrimonio entre democracia y
capitalismo se está diluyendo y qué debemos hacer para solucionarlo.
Barcelona: Deusto.
El autor es de los
que no necesitan presentación especial, debido a su ya patente reconocimiento
internacional. Además, el asunto que analiza puede ser considerado de enorme
interés para cualquier persona de nuestro tiempo, dada la crisismatrimonial
que estamos viviendo entre el sistema capitalista -predominante en
nuestras actuales sociedades- y la democracia -valor a conservar o, si
fuera posible, a mejorar frente a las presentes dictaduras de la propaganda-.
La dedicatoria ya es un
claro presagio de lo que se pretende en el volumen: que la generación de los
nietos lleve a cabo un trabajo mejor que el realizado por nosotros (nuestro
futuro ya no es lo que era). No está mal para empezar.
Acaba de ver la luz esta obra de Coeckelbergh [Coeckelbergh, M. (2024). La ética de los robots. Madrid: Cátedra], de quien en su momento hicimos aquí la pertinente recensión de otro de sus libros.
Ante los robots (de muchas clases: drones asesinos –matanzas selectivas-; asistentes o compañeros sociales –robots niñeras-; diagnosticadores, terapéuticos, cirujanos y exoesqueléticos; industriales –industria 4.0-; de servicios -esfera económica-; coches autónomos…), algunas personas sienten auténtico temor -pesadillas-, mientras que otras muestran su fascinación -nuevo becerro de oro-, unas los consideran nuestros sirvientes, otras los perciben como entes poderosos –máquinas rebeldes– a los que habrá que servir, dado su creciente poder en nuestras sociedades muy digitalizadas –automatizadas-. Son, pues, entes o criaturas -androides/humanoides- inquietantes: producen extrañeza, inquietud. ¿Cuál es la posición moral de los robots? ¿Agentes o pacientes morales?
Hay un hecho bien
constatado, en todo caso: los robots están aquí para quedarse. Además,
ya tenemos con nosotros la ciencia de la robótica. Ante esta situación, deliberemos.
¿No sería bueno pensar de forma crítica tanto sobre sus usos -o abusos-
como sobre sus desarrollos -beneficios y oportunidades potenciales-? Hablamos
de los espejos robóticos (todo sobre los humanos): espejos
para la reflexión sobre lo humano y la ética. He aquí una valiosa perspectiva,
sobre todo para la propia humanidad (concepciones transhumanistas, las
de la hibridación -poshumanas- y, por supuesto, las medioambientalistas y
ecologistas).
Francopan, P. (2018/20 -2ª imp.). Las nuevas rutas
de la seda. Presente y futuro del mundo.
Barcelona: Planeta.
Este bien conocido historiador, a escala internacional, catedrático, ya nos sorprendió con su libro El corazón del mundo (2015), al posibilitarnos ver de forma distinta tanto el pasado como los acontecimientos esenciales de nuestros días, dado que supuso un cambio radical en el foco de atención: Asia y Oriente frente a Europa y Occidente. Este es su continuación: su actualización.
La visión pues de la que
ahora se parte es la de que las rutas de la seda (unión del pacífico
con el mediterráneo oriental: cinturón económico y ruta marítima) se han
caracterizado por el cambio, por el movimiento, constituyendo el sistema
nervioso central del mundo. Son corredores genéticos para los
humanos y para la flora y la fauna. De hecho, el mar de la China Meridional ya
es el punto de encuentro por excelencia de la economía mundial -todos
los caminos llevan a Pekín-. Así pues, son los países de las rutas de la seda
los que de verdad importan en el presente siglo –siglo asiático-.