Contra la simpleza. Ciencia y pseudociencia.

Altschuler, D.R. (2017). Barcelona: Antoni Bosch.

Portada del libro

Portada del libro «Contra la simplreza. Ciencia y Pseudociencia»

Hemos de saludar con satisfacción esta obra de buena divulgación, que pretende ayudar al lector a diferenciar entre los procedimientos científicos y los propios de las pseudociencias.

Para su autor, catedrático de universidad y físico, merecen mucho la pena cuantos esfuerzos lleven a cabo académicos y científicos no sólo por diseminar los conocimientos específicos de sus especialidades (acción siempre loable), sino sobre todo los hábitos y procederes (temperamento científico) típicos del buen investigador (incluidos, por supuesto, los de los psicólogos) que de algún modo podrían y deberían ser adquiridos por una ciudadanía ilustrada, científicamente hablando, del siglo XXI.

En la recién inaugurada época o etapa de la posverdad, este libro se debiera convertir en uno de sus más eficientes antídotos,  gracias al pensamiento crítico: sin la duda sistemática no hay espacio para el progreso; la imperfección de la ciencia es la clave de sus éxitos. Hemos de ser conscientes de que necesitamos muchísima más energía para refutar una estupidez que para producirla (Ley de Brandolini). Y la estulticia, siempre presente a lo largo de la historia de la humanidad, hoy se difunde de forma muy rápida a lo largo y ancho de nuestro planeta, que se halla en proceso de vertiginosa digitalización. Se precisa de una lucha sistemática contra creencias pseudocientíficas que chocan con imposibilidades lógicas, matemáticas o biológicas. El objetivo de alcanzar la verdad (frente al mito o la mentira) es la razón de ser de cualquier disciplina científica, aunque el camino esté necesariamente plagado de dudas y anomalías, de sana tensión creativa (en la ciencia nada es absoluto –el progreso científico es una historia de refutación-).

En ese camino hacia la verdad, hoy sabemos que hemos de estar atentos a los ya clásicos ídolos, puestos de manifiesto por Bacon (Novum organum) en el siglo XVII: el de la tribu –nuestras percepciones distorsionadas-, el de la caverna –influencia educativa y de la autoridad, el del mercado -las ambigüedades comunicativas- y el del teatro– tradición y dogmas-.

Ya más en nuestros días, nos encontramos con las ilusiones ópticas, que distorsionan lo real: mesas de Shepard, el “conepato”, el triángulo de Kanizsa, entre otras muchas. Hoy también conocemos que nuestras memorias son falibles y maleables: memorias sesgadas en la reconstrucción, inducciones distorsionadas, amnesia de la fuente, etcétera, y que, querámoslo o no, forman parte de nuestra constitución de homo sapiens. Es muy probable que hayan tenido su utilidad para la supervivencia de la especie a lo largo de nuestra existencia, pero en estos momentos es constatable que también pueden conducirnos a errores en nuestra comprensión científica del mundo y de nosotros mismos.

En esta misma línea de precaución hemos de tener en cuenta: 1)  los distintos tipos de las ubicuas falacias (genética –confundir razones de creencia y de certeza-, ad verecundiam –argumento de autoridad-, de la falsa analogía, de la conjunción, de la reversibilidad, post hoc ergo propter hoc); 2) las paradojas (de la tolerancia –la tolerancia sin límites acaba en la desaparición de la tolerancia-); 3) las generalizaciones precipitadas y desmesuradas; 4) los errores –de selección, de definición-; 5) los mecanismos mentales de autoengaño (sesgos: confirmatorio, de atribución, de aversión a las pérdidas, como ejemplos); 6) las ilusiones cognitivas (la ley de los pequeños números, accesibilidad, entre otras). Todo este andamiaje cognitivista se comprende más fácilmente al considerar el doble modo de proceder de nuestro cerebro, puesto de manifiesto por Kahneman y Tversky: el automático (sistema 1: rápido, asociativo…) y el analítico (sistema 2: lento, controlado…). Si nos guiamos sólo por el primero, las precauciones señaladas tienden a desaparecer, facilitando el terreno a las pseudociencias, si por el contrario nos dejamos guiar por el segundo, avanzaremos, eso sí lentamente, por la vía de la ciencia (de las distintas disciplinas científicas).

 No podía faltar en este planteamiento las relaciones entre ciencia y religiones. La postura del autor es clara y contundente: hay manifiesta incompatibilidad entre la una y las otras.

Al acabar esta reseña he de confesar que percibo un sabor agridulce. Por un lado,  me alegra que un físico se base para su argumentación científica en los resultados de los experimentos llevados a cabo  por los psicólogos. Por otro, me entristece que no haya sido un psicólogo precisamente el que, en un libro, los haya sintetizado.  Me consuela, no obstante, que al menos sea un psicólogo el que ahora escriba estas líneas.

Animo, pues, a cualquier científico, de cualquier disciplina y, por supuesto, a cualquier amante de la verdad, a leer un libro que trata de poner en jaque la posverdad.

¿Clonar humanos?

Ayala, F. J. (2017). Madrid: Alianza Editorial.

¿Clonar humanos? Ingeniería genética y futuro de la humanidad.

Portada del libro clonar humanos

Portada del libro clonar humanos

No es necesaria una presentación especial del autor de este libro. Es bien conocido para los apasionados por la divulgación científica, tanto a escala nacional como internacional. El núcleo de su interés científico, puesto de manifiesto en sus  libros, ha sido y sigue siendo la evolución humana. Por eso no es de extrañar que las primeras líneas de esta nueva obra sean un recordatorio de lo tratado en las anteriores: El descubrimiento de la evolución humana a partir de no humanos es quizá el descubrimiento más importante de las ciencias naturales para nuestro propio conocimiento.

Somos el producto de una evolución que no ha sido previamente diseñada para que finalice con la aparición de nuestra especie: Homo sapiens. La selección natural sigue ejerciendo su función, por lo que seguimos evolucionando, como el resto de especies. Ahora bien, una serie de rasgos concatenados (bipedestación, cerebro grande –hipertrofia del cerebro-, habilidad manual, lenguaje, pensamiento, consciencia…), que patentemente nos diferencian del  resto de animales, posibilitan que esté en nuestras manos llevar a cabo un cambio radical de la evolución: de no ser hasta el presente propositiva  a poder serlo a partir de ahora. Estamos y nos sentimos capacitados, al menos en buena parte, para diseñar nuestro futuro, el de la humanidad, mediante el desarrollo y la utilización de la ingeniería genética (la cuarta revolución, tras la del vapor, la electricidad y la del ordenador). Con la genómica, la biología entra a formar parte de la big science.

Hoy podemos constatar que la evolución biológica se ha superado a sí misma (aun siguiendo presente), dando lugar a un nuevo modo de evolución: la propositiva (la evolución cultural).  La selección natural cede el  paso, aunque sigue en carrera, a una ingeniería derivada de los conocimientos del genoma humano. En el pasado, los diversos organismos (unidad evolutiva de la vida) han ido cambiando sus constituciones genéticas, a lo largo de siglos y generaciones, de acuerdo a las exigencias de los distintos ambientes. Ahora, los humanos podemos modificar a la par, en cierto grado, tanto nuestras herencias genéticas  como las herencias culturales, así como las interacciones entre ambas. La evolución puede ir (e irá) más rápida y estará, además, dirigida. Todo un cambio verdaderamente sustancial para el que conviene estar bien preparados, pues la humanidad va consiguiendo conocimientos y técnicas para dirigir su propia evolución, como se manifiesta con la ingeniería genética: conjunto de técnicas que permiten la recombinación del ADN en el laboratorio y su implante en los organismos.

La ingeniería genética puede ser negativa: terapia o cirugía genética (técnicas para corregir defectos en el ADN) o positiva: reemplazo de genotipos actuales por otros más deseables, bien sea de tipo somática o germinal (reproductora). Uno de los métodos actuales más potentes para realizar estos objetivos es CRISPR-Cas9, que permite cortar cualquier secuencia de ADN en cualquier organismo, incluidos los humanos. Así  pues, ya es posible “editar” genes particulares, activándolos o desactivándolos a conveniencia.

A la luz de lo expuesto, podemos intentar dar respuesta a la pregunta del título referida a la clonación de los humanos. Clonar genes se hace de forma rutinaria. Con la técnica PCR (reacción en cadena de la polimerasa) se pueden obtener millones de copias de un gen en solo unas horas. La clonación o duplicación celular en el laboratorio es práctica corriente desde hace decenios. En cuanto a la clonación humana, hay que distinguir la clonación terapéutica (clonación de células embrionarias) y clonación reproductiva (transferencia a un óvulo del núcleo de una célula somática). Esta última ha tenido lugar en animales, pero no se practica de momento en humanos. Sí se está llevando a cabo una clonación limitada, mediante la técnica de reemplazamiento mitocondrial (MRT), gracias a la cual se obtiene un embrión con genes de tres individuos. Entonces, ¿es posible o no clonar humanos? La respuesta contundente del autor: la constitución genética de una persona puede clonarse, el individuo no.

Si, como parece claro, hemos de hacernos cargo de la dirección de nuestra evolución –la de la humanidad-, parece coherente que vayamos analizando  nuestro potencial científico y tecnológico –que es mucho-, para detectar sus ventajas y desventajas. Este trabajo de síntesis divulgativa constituye un buen paso para iniciarse en el ejercicio de nuestra responsabilidad presente y futura, ante decisiones que pueden afectar sustancialmente a nuestra actual condición de humanos.

 

Progreso.

Norberg, J. (2017). Barcelona: Deusto.

Progreso. 10 razones para mirar al futuro con optimismo.

Portada del libro "Progreso"

Portada del libro «Progreso»

En principio, es difícil imaginar que racionalmente alguien pueda estar contra el progreso, pero si uno está hiperconectado digitalmente, y atento a la mayoría de noticias que nos llegan de los medios de comunicación actuales, puede manifestar un cierto  sentimiento bastante generalizado de malestar y disgusto, que en ocasiones puede desembocar en la concepción de que el mundo va mal, de que vamos a peor. Ante esta paradójica situación –progresamos y, sin embargo, parece que estamos peor-, Johan Norberg, reconocido economista sueco, nos ofrece un documentado trabajo en el que se ponen de manifiesto 10 razones para el optimismo.

Tras la lectura de este libro, dados los datos que aporta, parece quedar relativamente claro (muy claro para é) que: 1) La desnutrición mundial está disminuyendo en todos los continentes, aunque no haya sido erradicada en su totalidad (en la primera década del siglo XXI murieron de hambre 1.7 millones de niños, aunque esta cifra supone una reducción del 60% con respecto a la de mediados del siglo XX). 2) Los niveles de saneamiento están mejorando a escala mundial (el 96% de la población urbana y el 84% de la rural gozan de un acceso adecuado al agua potable). 3) La esperanza de vida está aumentando (antes del siglo pasado en ningún país se había logrado superar la barrera de los 40 años). 4) La pobreza está mostrando un claro declive (en los últimos 25 años la pobreza extrema ha caído a un ritmo de 50 millones de personas por año). 5) La violencia está también decreciendo (si prescindimos de nuestra miopía histórica), dando por tanto apoyo empírico a la teoría de la paz democrática. 6) El medio ambiente está en la actualidad mejorando, pese al coste histórico inmenso (contaminaciones) que ha habido que pagar por una prosperidad gracias a la cual ha mermado la pobreza. Los datos apoyarían la teoría de que la evolución de la contaminación sigue una línea de “U” invertida. Ahora, pues, nos correspondería el descenso. 7) Los niveles de alfabetización están claramente aumentando, aunque no se haya conseguido todavía la alfabetización plena (en torno al 14% de la población mundial todavía seguiría siendo analfabeta). 8) Somos más libres, la esclavitud ha sido abolida (está prohibida en prácticamente todos los países). 9) Aumento de la igualdad. Las discriminaciones de todo tipo (religioso, étnico, sexuales, de género…) están afortunadamente disminuyendo (aunque no desapareciendo totalmente) a lo largo y ancho del mundo. Al inicio de nuestro siglo pocos son los países que aún mantienen leyes  discriminatorias (Arabia Saudí, el Vaticano…) entre mujeres y varones, aunque la igualdad real, por desgracia, todavía no sea en modo alguno completa en casi ningún país, a juzgar por lo reflejado en el Índice Global de Desigualdad de Género –Foro Económico Mundial- o el Índice de Desigualdad de género –ONU-. 10) La próxima generación: se ha de partir de un hecho contundente. El trabajo infantil actual no llega al 10% de niños y niñas, a escala mundial. Se ha logrado cambiar una tendencia importante: el dinero ya no va de los niños a los padres, sino al contrario, a fin de que sus vidas puedan ser más largas y más satisfactorias. Las condiciones de la infancia nunca han sido, por consiguiente, mejores que las actuales.

Al final, como hace el autor, hemos de volver a la paradoja inicial: ¿Por qué mucha gente piensa (más bien siente) que el mundo va mal (a peor) cuando los datos (los que se aportan en esta obra) indican todo lo contrario? Con este trabajo lo que se pretende es que reflexionemos, que seamos conscientes de que tenemos al menos 10 razones para ser optimistas, siempre y cuando  analicemos con detenimiento (sin miopía histórica) el cúmulo de información que se nos aporta.

Ya conocemos sobradamente que los humanos no siempre emitimos juicios o tomamos decisiones racionales. De ahí la invitación a que, por una parte, evitemos ciertos sesgos psicológicos (la información negativa pesa más en la formación de la impresión final que la información positiva; la nostalgia de una edad de oro: no estar a la altura de los progenitores y antepasados, entre otros) y, por otra, nos abramos a lo que hechos y datos bien probados nos ponen de manifiesto: el progreso humano es toda una realidad.

El fin del mundo tal y como lo conocemos

García Aller, M. (2017). Barcelona: Planeta.

«El fin del mundo tal y como lo conocemos. Las grandes innovaciones que van a cambiar tu vida.»

Portada del libro "El fin del mundo"

Portada del libro «El fin del mundo»

Estamos en presencia de un libro netamente divulgativo. Esa ha sido la voluntad expresa, de principio a fin, de Marta García, que es periodista y profesora. En un lenguaje claro y preciso nos ofrece una radiografía diáfana de algunos de los principales asuntos que nos ocupan y preocupan en la actualidad, teniendo en cuenta como contexto interpretativo tanto el inmediato pasado, básicamente el siglo XX, como las tendencias que pueden prefigurar el porvenir. Su modus operandi es muy nítido, típico del mundo del periodismo: a) elección del tema –el trabajo, el dinero, la privacidad, la globalización, la jubilación o la muerte, entre otros- ; b) contacto con las fuentes –científicos de prestigio nacional e internacional (en persona o a través de sus publicaciones) y profesionales desconocidos-; c) presentación de todo lo recopilado y asimilado por la autora, en un buen castellano, que es de agradecer. Continue reading

Mejoramiento humano

Bostrom, N. y Savulescu, J. (Eds.). (2017).  Zaragoza: Teell Editorial.

Portada del libro "mejoramiento humano"

Portada del libro «Mejoramiento humano»

Creo que es bastante difícil contar con un título de tanto interés como el presente para unas personas como nosotros a las que, querámoslo o no, nos está  tocando vivir una época en la que dicho mejoramiento es posible, en formas hasta ahora inimaginables, debido sobre todo (aunque no exclusivamente) al desarrollo de las biotecnologías.

Esta obra que vio la luz en inglés a finales de la primera década de nuestro siglo  lo hace ahora (2017) en español.  Es fruto del trabajo y la sabiduría de muy diversos y conocidos pensadores, coordinados (colaboración ex profeso y selección de trabajos previos) por Bostrom y Savulescu. Como cabe inferir, las perspectivas adoptadas y defendidas son muy diversas y, en ocasiones, contrapuestas, lo que posibilita un considerable enriquecimiento para cualquier lector con interés en conocer qué nos está deparando el presente, y por supuesto el inmediato futuro, en aspectos básicos y esenciales de nuestras vidas: los de nuestra salud física, mental y social y su posible modificación (mediante técnicas de tratamiento o mejoramiento). Continue reading

RPyE Vol. 12., nº 2, Julio 2017.

Se ha publicado el nuevo número de la Revista de Psicología y Educación (Julio, 2017). Con el siguiente índice:

Funcionamiento emocional y conductual de los adolescentes con discapacidad intelectual  leve: perspectivas desde el hogar y la escuela. Nigel V. Marsh y Siau H. Ng

Condiciones  de  lectura  en  las  escuelas:  luces  fluorescentes,  papel,  dificultades  de aprendizaje y estrés visual. Stephen J. Loew

La violencia escolar en la Educación Secundaria Obligatoria desde la perspectiva del alumnado gallego. José Dominguez-Alonso, Enrique Álvarez-Roales, Antonio López-Castedo

Efecto de la Representación Dinámica Integrada sobre la competencia matemática y la atención en niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Nuria Peláez, Marisol Cueli, Débora Areces, Trinidad García y Celestino Rodríguez

Empatía histórica y aumento de la tolerancia hacia la figura de los refugiados: estudio con profesorado en formación. María Belén San Pedro-Veledo e Inés López-Manrique

Intereses hacia la cultura estadounidense y británica en estudiantes de secundaria: clave para la motivación en lengua extranjera. Beatriz Sala Álvarez del Manzano y Carmen González González de Mesa

Influencia de los centros escolares sobre el rendimiento académico en latinoamérica. Pamela Woitschach, Rubén Fernández-Alonso, Rosario Martínez-Arias y José Muñi

Evolución y transformación de la Revista de Psicología y Educación

La revista de ACIPE (Revista de Psicología y Educación) ha entrado en una nueva fase, como se puede comprobar fácilmente si uno entra en la página web de la revista y lleva a cabo un repaso a lo hasta ahora publicado en abierto (para todo el mundo).

Se han producido muchos cambios. El que primero se muestra a simple vista es el de su apariencia, a todas luces modernizada y con la incorporación de las normas esenciales de la APA. Pero, sobre todo, la principal transformación es la del procedimiento en la recepción y evaluación de los manuscritos, equiparable al de cualquiera de las revistas de prestigio actuales. Merece la pena comprobarlo.

Ahora bien, el nuevo continente ha de llenarse de un excelente contenido, si queremos que muy pronto nuestra revista sea incluida definitivamente en JCR, dado el rigor y la relevancia alcanzados en sus publicaciones.

Así pues, la puerta queda totalmente abierta para todas aquellas aportaciones (vuestros manuscritos) que consideréis que merecen ser conocidas y tenidas en cuenta por una comunidad científica, nacional e internacional, exigente con la calidad de lo presentado.

Anticipadamente, gracias por vuestra colaboración, a todos los investigadores y profesionales, nacionales e internacionales, interesados por el área de Psicología de la Educación. Queremos que la Revista de Psicología y Educación sea, de ahora en adelante,  una de vuestras vías preferidas para dar a luz vuestros valiosos trabajos de investigación.

Puede consultar los indices de contenidos en la web de la revista o en el siguiente enlace.

IX Congreso Internacional de Psicología y Educación

Logroño, La Rioja: 21-23 de junio de 2018

El noveno Congreso avanza a toda marcha, guiado y coordinado, con elegancia y sabiduría, por Sylvia y todo su equipo. Ya contamos con la página web correspondiente: http://www.cipe2018.com/, que irá desarrollándose y madurando, sin duda, a buen ritmo.

A partir de estos momentos, hemos de ir pensando en nuestras posibles aportaciones y en hacer un hueco en nuestras apretadas agendas de trabajo para enseñar y aprender (es nuestra específica materia: Psicología de la Educación), en torno a lo que es el lema del Congreso: Psicología, educación y neurociencias: construyendo puentes para el desarrollo humano.

Nos está tocando vivir dentro de unos tiempos que cambian y se mueven a gran velocidad. De ahí que no podamos conformarnos con lo que un día aprendimos, enseñamos o investigamos. La información y el conocimiento se están transformando continuamente. Es difícil poder abarcar por nuestra propia cuenta todo lo nuevo que va viendo la luz en cada momento. Por eso necesitamos de la compañía de nuestros colegas –investigadores y profesionales- para ponernos al día incluso de nuestros temas favoritos, para ampliar nuestros horizontes más allá del túnel que enmarca necesariamente nuestras preocupaciones cotidianas y para enriquecer nuestras mentes con los saberes de los demás. El compartir conocimientos y puntos de vista distintos constituye, creo, un buen puente para nuestro desarrollo.

La Universidad de La Rioja está encantada de poner a nuestra disposición sus instalaciones. El Ayuntamiento logroñés y La Comunidad Autónoma igualmente han mostrado su deseo de hacernos la estancia lo más agradable posible. Todo el Comité Organizador está trabajando concienzudamente para que este noveno Congreso deje una huella muy positiva en todos y cada uno de nosotros.

Nos vemos, pues, en junio de 2018 en La Rioja.

La revolución transhumanista

La revolución transhumanista. Cómo la tecnomedicina y la uberización del mundo van a transformar nuestras vidas.  Ferry, L. (2016). Madrid: Alianza Editorial.

Portada del libro

Portada del libro: «La revolución transhumanista»

El objetivo del autor es diáfano: dar cuenta de lo que se entiende por la revolución transhumanista, aunque no exista pleno consenso al respecto. A lo largo del texto se van poniendo de manifiesto sus implicaciones (sobre todo, aunque no exclusivamente, en el terreno de la medicina y de la economía –economía colaborativa-), tanto en los momentos actuales como con vistas al futuro inmediato. Se trata de ilustrar cómo estas patentes repercusiones están transformando ya considerablemente nuestra existencia (en todas sus facetas), en unos casos positivamente (ideal terapéutico), mientras que en otros parece que podamos correr serios riesgos (ideal del aumento y la perfección). Incluso podríamos estar encaminándonos a  un transhumanismo posthumano: la creación de una nueva especie. A este respecto, como ejemplo paradigmático de esta revolución transhumanista, merece ser citada  la Universidad de la Singularidad, financiada por Google, en Silicon Valley. Continue reading

Deshaciendo errores.

Kahneman, Tversky y la amistad que nos enseñó cómo funciona la mente. Lewis, M. (2016). Barcelona: Debate

Portada del libro

Portada del libro deshaciendo errores

El autor de esta obra, profesor universitario en la Universidad de Berkeley, destaca entre otras cosas por su capacidad extraordinaria para combinar adecuadamente información económica y periodismo narrativo. En nuestro caso concreto, habría que añadir un matiz de enorme importancia para los académicos y profesionales de la psicología educativa: el de poner de manifiesto la importancia de la psicología para las teorías económicas, tras haberse empapado de los trabajos realizados por Amos Tversky y Daniel Kahneman (psicólogos) y que le valieron, a este último, la concesión del Premio Nobel de Economía (sic) en 2002 (Tversky ya había fallecido 6 años antes).

Fueron precisamente sus aportaciones psicológicas, fruto de su estrecha colaboración, las que posibilitaron una nueva adjetivación para una disciplina –la economía- que no era su área de conocimiento: la economía conductual. El núcleo de sus trabajos –de sus múltiples experimentos- puso de manifiesto que el presupuesto esencial (el punto de partida, el paradigma predominante) de la mayoría de teorías económicas en aquellos días, vigentes hasta finales del siglo XX, que el homo economicus es ante todo un sujeto racional en sus decisiones, no se sostenía del todo, pues los humanos venimos equipados por la evolución con un cerebro propenso a dejarse guiar o influenciar por determinados sesgos (ilusiones cognitivas), al menos cuando sólo tenemos en cuenta el pensamiento rápido (Sistema 1: automático, inconsciente) y, en ocasiones, cuando aplicamos incluso el pensamiento lento (Sistema 2: lógico, calculador, consciente).

¿Cuáles son algunos (ejemplos ilustrativos) de esos sesgos o atajos heurísticosse alejan de los principios básicos de la probabilidad y de la lógica: no siempre los seres humanos somos transitivos– que legos e incluso especialistas suelen cometer cuando se les enfrenta a situaciones experimentales en que tienen que tomar decisiones en contextos de incertidumbre? El de disponibilidad (tendencia a sobrevalorar las probabilidades reales en función de aspectos no del todo significativos: como los recuerdos más cercanos, su accesibilidad; sesgo de experiencia reciente; sesgo de impacto); el de representatividad (ciertos aspectos, típicos de los estereotipos, conducen a decisiones de asignación –a un grupo, a una profesión- que no se sustentan en conocimientos de probabilidad elemental;  estereotipo de la aleatoriedad frente a la verdadera aleatoriedad);  el de anclaje (sobreestimar el valor de una primera o adyacente información –el ancla-, pero que no es relevante para la elaboración de predicciones o juicios correctos); el de la aversión o rechazo al riesgo (ante la misma probabilidad de perder o ganar algo, nos solemos inclinar, en la mayoría de las ocasiones, por evitar las pérdidas);  la creencia en la ley de los pequeños números (la tendencia a sacar conclusiones generales a partir  de datos obtenidos con unos pocos sujetos o pruebas, al suponer que la ley que rige los grandes números garantiza lo que obtenemos con pequeños números).

A la luz de los múltiples experimentos que pusieron de manifiesto este tipo de sesgos, los autores creyeron que se podía llegar a la elaboración de teorías válidas (como la Prospect Theory) sobre el funcionamiento general de nuestras mentes, cuando éstas se ven obligadas a tener que tomar decisiones en situaciones de patente  incertidumbre. El asumir que los humanos toman estas decisiones racionalmente, sobre un fundamento de la lógica y la probabilidad básicas, supone estar condenados a equivocarnos frecuentemente. Dado que son mecanismos mentales, éstos están presentes en cualquier tipo de decisión enmarcada dentro de la incertidumbre –lo que ocurre en la mayoría de las circunstancias de nuestras vidas-, no sólo en las delimitadas al ámbito de la economía, por lo que sus hallazgos son relevantes  para  multitud de campos: el psicológico, el de la medicina, el de la política, además por supuesto del de la economía, por sólo citar algunos de ellos. Ahora ya, con lo indicado, no nos debiera crear disonancia cognitiva alguna el que Kahneman recibiera un Premio Nobel.

Esta obra, además de su utilidad para todos aquellos que se quieran introducir con buen pie en los logros de estos dos investigadores, supone un valor añadido, pues nos desvela el cómo se comportan dos seres humanos –académicos- cuando llevan a cabo sus investigaciones: sus fobias y filias, sus creencias sobre el posible impacto de sus trabajos, sus ambiciones personales, sus personalidades, sus relaciones de amor y odio, sus encuentros y desencuentros, sus relaciones familiares, sus círculos académicos y hasta sus propios sesgos cognitivos, como ellos mismos se ven obligados a reconocer.