¿Podemos maridar la física y la vida?

Portada del libro

Si nos atenemos a lo que nos expone Hossenfelder [Hossenfelder, S. (2022/24). Física existencial. Una guía científica para las preguntas importantes de la vida. Madrid: Pinolia.], investigadora especializada en física teórica y gravedad cuántica, hemos de responder con un sí. Veamos, entonces.

Hablamos, por un lado, de conocimiento científico -expertos: los límites de la ciencia no son fijos, no hay respuestas definitivas (la clave: hasta dónde sabemos actualmente)- y, por otro, de cómo lograr que el conocimiento llegue a la ciudadanía compartir, pues el conocimiento importa más allá de sus probables aplicaciones tecnológicas-.

Asunto, en consecuencia, de una relevancia vital extraordinaria. Necesitamos ir disminuyendo esta inmensa distancia -brecha- entre ambas partes. En esto consiste precisamente la buena divulgación científicacontra la pseudociencia– y es el objetivo de esta autora. Así, esta física existencial es para las personas que no se olvidan de plantearse las grandes preguntas sin temor a las respuestas. Agradecidos, pues. 

Alguna vez muy probablemente te hayas interrogado sobre lo que significa el presente, el pasado y el futuro. Hasta que llegó Einstein había un tipo de respuestas. A partir de su teoría de la relatividad especial ya podemos afirmar que no existe el espacio y tiempo absolutos y que el pasado, el presente y el futuro existen de la misma manera. Las buenas teorías explican mucho a partir de poco.

¿A quién no se le ha pasado por la cabeza, de vez en cuando, la pregunta sobre el origen y fin del universo? La respuesta de la ciencia es bien distinta a la proporcionada desde otras perspectivas. El no hacer caso a los avances progresivos de la ciencia suele conllevar muchos sinsabores, pues la realidad acabará por imponerse. Ahora bien, en estos momentos contamos con muchas teorías distintas sobre el comienzo del universo, pero ninguna que sea capaz de imponerse manifiestamente a las demás por su poder explicativo. Sabemos todavía menos sobre su probable futuro. Por si esto fuera poco, hemos de ser conscientes de que es imposible predecir que no vaya a ocurrir nada impredecible. Verdadera humildad de la buena ciencia. Por cierto, las matemáticas nos son de gran ayuda para el desarrollo de la ciencia, pero no todo lo que es posible matemáticamente se transformará en realidad.

Si tienes cierta edad, ¿no te apetecería rejuvenecer? ¿Qué nos tiene que decir la ciencia al respecto? Que envejecemos porque es lo más probablenaturaleza unidireccional del tiempo-. Además, el universo solo puede albergar vida durante un tiempo limitado. Dentro del ámbito de la vida, hemos de contar con que las relaciones/interacciones dan razón de ser de nuestra especificidad, más incluso que las partículas más básicas/elementales en sí (de las que estamos compuestos). Y, por si acaso, no hay pruebas científicas de que existan copias de uno mismo. Atente, pues, a la realidad que conocemos -sin copias-.

Y así podemos seguir con asuntos de tanta trascendencia como el libre albedrío -el futuro está determinado por el pasado, salvo por acontecimientos cuánticos ocasionales sobre los que no podemos influir-, la conciencia -¿es computable?¿La actualización de la función de onda podría desempeñar un papel en la conciencia?-, entre algunos otros (que las constantes de la naturaleza están afinadas para la vida no es un argumento científicamente sólido, que el universo pueda pensar no es compatible con las leyes que hoy conocemos, pero sí es compatible en cambio que algún día seamos capaces de crear un universo en el laboratorio, que el comportamiento humano es parcialmente predecible, aunque cabe dudar de que lo sea del todo).

Creo que infieres bien si piensas que es uno de esos libros que, por tu propio bien (nuestra sed de conocimientos es omnipresente), debieras leer -si eres amante de la buena ciencia (dar sentido a nuestra propia existencia): contra la pseudociencia cuántica en este caso (que es una religión disfrazada de ciencia, bajo la apariencia de matemáticas)-, incluso si al final no estás del todo de acuerdo con lo que en él se defiende. Anímate, pues. Te alegrarás: darás buen sentido a tu existencia -eso espero y deseo-.

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