Diamandis, P.H. y Kotler, S. (2020/21). El futuro va más rápido de lo que crees. Cómo la convergencia tecnológica está transformando las empresas, la economía y nuestras vidas. Barcelona: Deusto.
Los dos autores son líderes mundiales en el desarrollo y difusión de conocimientos científicos actuales, con manifiesta incidencia en nuestras vidas y en la evolución de nuestras sociedades. En esta ocasión se trata de comprender la radical influencia que tendrá en nosotros la convergencia de las nuevas tecnologías (inteligencia artificial, biología digital, informática emocionalmente inteligente…).
Bienvenidos, pues, a la era de lo extraordinario, de las innovaciones disruptivas, de la conversión de la ciencia ficción en ciencia de realidad (coches autónomos, voladores; Hyperloop; cohetes –starship-…), al mundo de los tiempos acelerados, al planeta hiperconsciente.
Para que así suceda, en todos los casos las innovaciones han de interactuar en sintonía (convergencia). Estas convergencias implican que o estamos atentos a lo que sucederá a la vuelta de cada esquina –avances exponenciales de las diferentes tecnologías– y nos adaptamos a las nuevas condiciones o nuestros modos de vida se verán envueltos en no pocos problemas. Más vale, pues, conocer estas convergencias, por la cuenta que nos trae. Este es precisamente el objetivo principal del libro: darlas a conocer.
Un concepto capital es el del crecimiento exponencial, el de la aceleración tecnológica que se acelera a sí misma a un ritmo vertiginoso, de forma exponencial –aceleración de la aceleración-, que es la característica definitoria por antonomasia de nuestras presentes tecnologías, con su típico ciclo de las seis D –marcadores temporales-: digitalización, decepción, disrupción, desmonetización, desmaterialización y democratización. Esto es lo que ocurre con la informática cuántica, la inteligencia artificial, las redes sociales –Gs, la red mPower-, los sensores –un mundo de un billón de dispositivos, mundo nanoscópico, internet de las cosas, anillo Oura-, la robótica –revolución robótica, drones sembradores, roborrecolectores…-, la realidad virtual y aumentada, la impresión en 3D, la cadena de bloques (blockchain –criptomonedas-).
Las implicaciones de ese crecimiento exponencial y de esa convergencia son que: 1) nos permiten ahorrar mucho tiempo de nuestras vidas para poderlo dedicar, si queremos, a la innovación; 2) demandan mayor capital de inversión que fácilmente consiguen –micromecenazgo, capital riesgo, fondos soberanos de inversión-; 3) suponen la desmonetización –mucho más por el mismo dinero-; 4) fomentan la genialidad (ciborg, neurociencias…); 5) posibilitan la polinización cruzada de ideas (conexión planetaria); 6) dan cabida a nuevos modelos de negocios (disruptivos, más ágiles…); 7) posibilitan una mayor esperanza de vida (velocidad de escape de la longevidad).
Todo ello supondrá cambios radicales en los modus operandi (analógicos) en el comercio –adiós a los centros comerciales-, en la publicidad –adiós anuncios, hola JARVIS-, en la industria del entretenimiento –holocubierta, informática afectiva-, los seguros, finanzas y mercados inmobiliarios –crowdsurance, microcréditos …-, en la alimentación –robochef, agricultura vertical, carne cultivada…-, incluso en la educación (inteligencia artificial, más realidad virtual y aumentada, más redes inalámbricas 5G -cantidad y calidad a la carta-), en la salud, debido a la convergencia de la inteligencia artificial, la genómica y la informática cuántica –salud móvil, médico virtual, robots quirúrgicos/cobots– y en la longevidad –tecnologías antienvejecimiento-.
Por lo dicho pareciera que se nos está hablando de un nuevo mundo en el que casi todos nuestros problemas pueden ser solventados gracias a las convergencias de las tecnologías exponenciales –impacto positivo de las exponenciales-, pero la visión más completa de nuestra especie y de nuestro mundo requiere que tengamos en cuenta también otras facetas menos halagüeñas (graves problemas), es decir, las contrapartidas de las tecnologías exponenciales (el Gran Hermano/Hermano Mayor, los riesgos existenciales, las posibles inteligencias artificiales corruptas/rebeldes, los/as tecnodesempleados…).
En pocas ocasiones se puede afirmar que, sin la asimilación de una determinada lectura, la vida se nos irá complicando de forma acelerada. Este es un caso bien prototípico: o nos adaptamos a un futuro que ya está con nosotros o nos puede resultar difícil disfrutar de nuestra existencia. Hemos de estar pues muy agradecidos a los autores por sus avisos de ayuda. Con ellos el futuro se nos presenta más acogedor, al estar mejor preparados para asimilarlo. No olvidemos que el mañana ya está aquí.