Ellis, A. y Harper, R. (2017). Barcelona: Obelisco.
Portada del libro
Uno de los aspectos más destacados de esta obra es que constituye una magnífica síntesis de la experiencia profesional y conocimientos psicológicos de sus dos autores, a lo largo de más de medio siglo de estrecha colaboración terapéutica y divulgadora. Todo el libro está dedicado a dar a conocer, en términos sencillos, su obra maestra: la Terapia Racional Emotivo-Conductual (TREC), que se enmarca dentro del amplio campo de las terapias conductual-cognitivas (TCC), las más aplicadas internacionalmente en la actualidad y las que gozan de un mayor y mejor respaldo científico.
Una de las grandes ventajas de esta puesta al día de la TREC es que permite a los profesionales contar con la información más reciente sobre los puntos más fuertes de este modelo de intervención, a la par que de sus manifiestas limitaciones. En modo alguno es la panacea para todo tipo de disfunciones.
El núcleo de la TREC reside en el afrontamiento (bien por uno mismo –autoterapia– o, sobre todo, con la ayuda del terapeuta) de las creencias irracionales más comunes (v.g., la idea de que las personas y las cosas deberían ser mejores de lo que son, y que si no puedes cambiar las inexorables realidades de la vida para adaptarlas a ti, eso será terrible y horroroso; cuando se tienen presiones y experiencias difíciles uno ha de ser desdichado: se dispone de poca capacidad para controlar y se es incapaz de cambiar los propios sentimientos alterados).
Este conjunto de creencias irracionales está vertebrado en buena medida por unos “debería” (debería ser encantador; deberían tratarme de forma amable y justa; mis circunstancias vitales deberían ser cómodas y gratificantes) que desbordan la condición limitada de las capacidades humanas, ocasionando los más diversos problemas emocionales (ansiedad, depresión, temor extremo al fracaso, inculpación excesiva…) que dificultan el normal desarrollo de las personas que las padecen.
La clave para la solución de nuestros problemas emocionales y de pensamiento se halla en el hecho bien constatado de que para los humanos, en nuestra vida cotidiana, acaba resultando más importante el cómo percibimos las realidades que nos circundan que los propios fenómenos o acontecimientos en sí. De ahí que el objetivo esencial de la TREC sea la modificación de las creencias irracionales. Desaparecidas éstas, los individuos recuperan la normalidad, se incorporan a una nueva situación en la que es posible volver a gozar y disfrutar de la vida.
Dada la voluntad de los autores de trascender el restringido mundo clínico, en esta última edición se cuenta con diálogos reales de casos tratados y con muchos ejemplos ilustrativos de las distintos comportamientos que pueden ser (y de hecho lo son) modificados gracias a la aplicación de la TREC. Aquí reside precisamente la razón de esta recensión para los psicólogos y psicólogas educativos. No creo equivocarme si digo que aparte de poder ser un libro sumamente útil para cada uno de nosotros en determinadas circunstancias (los autores reconocen que lo fue para ellos en diversos momentos de sus vidas), lo será sobre todo para el ejercicio eficiente de nuestra profesión: la docencia, la investigación y el trabajo psicoeducativo en los distintos contextos de enseñanza y aprendizaje.