Los nueve gigantes

Webb, A. (2019/21. Los nueve gigantes. Cómo las grandes tecnologías amenazan el futuro de la humanidad. Barcelona: Península.

Portada del libro "Los nueve gigantes"

Esta profesora universitaria, bien conocida internacionalmente en los ámbitos académicos y profesionales, parte de una patente realidad: la inteligencia artificial (IA: sistema que toma decisiones autónomas) ya está aquí y ha venido además para quedarse hasta el fin de nuestros días. Es la estructura invisible, la columna vertebral -tercera era de la informática- sobre la que se está construyendo nuestro porvenir. Ya está integrada en casi todas las facetas de la vida cotidiana. De hecho, el eslogan oficial de Tencent –uno de los nueve gigantes- es: poner la IA en todas partes.

De ahí que el objetivo en esta obra sea el análisis, bien documentado, de cómo se está desarrollando la IA en las nueve empresas gigantes de la tecnología –el denominado poder blando-: Google, Microsoft, Amazon, Facebook, IBM y Apple  (GMAFIA) –en EE.UU.- y Baidu, Alibaba y Tencent (BAT) –en China-, a fin de no dejarse llevar tan fácilmente por visiones demasiado apocalípticas o utópicas.

Se trata de poner de manifiesto las enormes potencialidades para los humanos –salud, longevidad, cambio climático, disminución de la pobreza…-, así como sus previsibles peligros en diversos campos –privacidad, seguridad, desigualdades, discriminaciones, poder de los estados o de las fuerzas del mercado, entre otros muchos-.

Es muy pertinente que seamos conscientes cuanto antes de este inmenso poder de la IA para nuestras vidas y para nuestro futuro antes de que sea demasiado tarde y que podamos pasar a la acción, reiniciando el presente, para evitar en lo posible infundados optimismos y catastrofismos, sabiendo que las decisiones que tomemos hoy afectarán a las que la IA tome por nosotros en adelante.

Para ello, nada mejor que comenzar con su historia, pues es en ella donde justamente se evidencian sus altibajos: los esbozos iniciales muy limitados, algunos éxitos innegables, el así denominado invierno de la IA que duró unos 30 años, sus impresionantes logros actuales con las victorias frente a humanos en los juegos por parte de CHINOOK, Deep Blue, Watson, AlphaGo -y AlphaGo Zero-, así como el gigantesco potencial de AutoML, que utiliza el aprendizaje por refuerzo y que es capaz de generar sus propias inteligencias artificiales. En el caso de la IA actual de Baidu se constata que es capaz de transferir unas habilidades propias de un campo a otro, aspecto que ni siquiera Zero pudo ejecutar en su día. A la luz de esta historia sí parece que podamos afirmar que, en buena medida, las máquinas son capaces de pensar y de producir pensamiento original, aunque no de forma idéntica a como lo hacemos los humanos.

Ahora ya podemos avanzar en el conocimiento de la IAE –estrecha-, de la IAG –general- y de la SIA –superinteligencia-, pero  sobre todo del de la tribu (estadounidense y china) de sus diseñadores y creadores. En esta tribu constatamos los estereotipos y prejuicios típicos de nuestras sociedades que hacen caso omiso de la diversidad existente (género, etnia, clase social, ideologías…). Las bases de datos que usa y que conforman el ecosistema de las IAs están vertebradas por estos sesgos personales y sociales (ley de Conway).

Por eso la transparencia de los algoritmos suele brillar por su ausencia: se crea primero y se pide perdón después, pues el poder y el control es lo que realmente importa. Además, es manifiesto que no hay asignaturas curriculares en la formación específica y elitista de la tribu que sean capaces de hacer frente a este cúmulo de sesgos y de autoritarismo –control social-, ocasionándose de este modo enormes brechas de desigualdad y de valor en nuestras sociedades.

Ante este panorama, la cuestión, humanamente relevante, es obvia: ¿qué podemos hacer, además de reflexionar, en nuestra permanente convivencia actual con la IA? Maximizar lo bueno y minimizar el daño (crear una tecnología que le permita a la humanidad avanzar sin riesgos).Pero, ¿cómo? He aquí el trabajo urgente que hemos de comenzar a hacer para nuestro bien y el de las siguientes generaciones. Sería imprescindible la consideración de la IA como un bien público lo antes posible, con la creación de la Alianza Global sobre el Aumento de la Inteligencia. El inmenso poder de la IA actual y venidera, que afecta a nuestro porvenir laboral, a nuestra seguridad, al crecimiento económico, a nuestras oportunidades de desarrollo individual, no debiera estar tan concentrado en unos pocos –las tribus-, como ocurre ahora.

¿Cuáles son los posibles escenarios de los años venideros en nuestra relación con laIA? Al menos hemos de tener en cuenta estos tres: el optimista, el pragmático y el catastrófico. Leamos el libro y seleccionemos el que juzguemos más oportuno de los tres –la autora se inclina y nos pide que elijamos el optimista-, siendo conscientes de que la mejor forma de triunfar humanamente en el futuro es estar ya debidamente preparados en el presente.  Este libro ayuda y mucho, precisamente en eso. Lo que en modo alguno es poca cosa.

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