La supervivencia de los más ricos

Rushkoff, D. (2022). La supervivencia de los más ricos. Fantasías escapistas de los milmillonarios tecnológicos. Madrid: Capitán Swing.

Portada del libro

Este profesor de Cultura Virtual está considerado como una de las mentes más influyentes, a escala internacional, en la sociedad de nuestros días. Por algo será, ¿no? Veámoslo.

Si queremos conocer cuál podría ser el futuro de la tecnología, ¿qué es lo que realmente nos interesa? ¿El ponerla al servicio de la ciudadanía para lograr un mundo mejor, más colaborativo que posibilite un renacimiento digital, el fractal de interdependencias emergentes, convirtiéndonos de este modo en ciudadanos hermanados del ciberespacio?

O, por el contrario, ¿el poder escapar -gracias a ella- del resto de los humanos, como pretenden los milmillonarios catastrofistas, que esperan que la tecnología más avanzada y potente (fantasías de alta tecnología) se convierta en su bote salvavidasecología artificial, como medio de escapar del apocalipsis creado por ellos mismos?

Aunque pueda parecer ficción, la disyuntiva –futura batalla de suma cero, en el decir de estos milmillonarios-, lamentablemente se corresponde en cierta medida con la triste realidad, tal cual trata de poner de manifiesto el autor de esta obra. Intuyo que ya no podremos escapar de su lectura, ¿no?

Es pertinente traer a colación el surgimiento de una nueva mentalidad (deshumanización, dominación, extracción y crecimiento sin miramientos -la de los tecnoaceleracionistas-), que va más allá incluso del cientifismo ortodoxo. Esta mentalidad aparece de forma prístina en quienes buscan refugios seguros -físicos- que les posibiliten dejar fuera de su vista los posibles dilemas morales que pudieran surgir a raíz de la implantación del pensamiento consecuencial -¿cuáles son las consecuencias para los demás de mis acciones egoístas?-.

Esta mentalidad la practican con fruición sobre todo las personas milmillonarias que anhelan un preparacionismo -a cualquier precio- ante las posibles catástrofes futuras: devoción escapista dentro de la tierra, en el mar o en el espacio exterior (ecuación aislacionista: autosoberanía que gozaría de las ventajas de la existencia digital, con un futuro digital plenamente inmersivo). Pero para casi su infinito disgusto, no hay hoy por hoy forma de escapar del prójimo (falsa ilusión de aislamiento; les suele salir el tiro por la culata; incluso se acrecienta el miedo a sus propias creaciones).

Antes de esta situación actual, es preciso hacer explícito el gran cambio del mundo digital (Google, Facebook…): de ofrecer, en sus comienzos, ayuda a los usuarios para sus búsquedas de información relevante se pasó a la venta millonaria de los datos de los propios usuarios, a menudo sin su consentimiento explicito, con una patente indiferencia generalizada hacia los vencidos, inculpándolos incluso de su propia derrota, como se ha estado poniendo de manifiesto en lo que llevamos de siglo -XXI-.

Se precisa, en consecuencia, una burbuja proteccionista -aislamiento- de los vencedores -milmillonarios- a fin de no dar opción siquiera a la empatía hacia los explotados y vencidos (efecto montaplatos: los robots no sustituyen el coste humano, solo lo ocultan). El principio rector es claro: la manipulación explotaciónfrente al empoderamiento, esencial para el desarrollo de una creatividad colectiva en su lucha contra la percepción de la inevitabilidad.

Junto a este principio, la correspondiente actitud aquí denominada devenir meta. Se trata de ir añadiendo capas de abstracción –financierización: pirámides financieras, como ejemplo- que favorecen a unos pocos afortunados (programación social: los bits al rescate de la tiranía de los átomos, mercados en infinita expansión, datos igual a dinero, reduccionismo digital) en detrimento de la ciudadanía mayoritaria -la que se queda atrás-.

En esta obra, bien escrita, se nos trata de ofrecer -como es fácil de inferir-, una visión bien distinta de la realidad de los seres humanos de la que nos quiere vender (sí, vender) una minoría milmillonaria, con un gran poder de los medios digitales, que utilizan casi exclusivamente en su favor. Hemos de estar pues muy atentos -cada persona- para no caer en este tipo de trampa digital -en la aquí denominada mentalidad-.

Quienes la desconocen están llamados a sucumbir a sus encantos, que en modo alguno les van a favorecer. Es posible, no obstante, hacerle frente: programa tú en vez de ser programado por los tecnosalvadores ciclo de enganche, algoritmos de manipulación, tecnologías exponenciales, reprogramación de la humanidad, tecnosolucionismo, paraíso ecológico tecnoutópico, tecnópolis-. Más nos vale. Ánimo, pues. Aprovecha las ventajas de un mundo digitalizado y no dejes que los abusos en su utilización -con sus perversas consecuencias– guíen tu vida.

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