La riqueza de los humanos. El trabajo en el siglo XXI

Avent, R. (2016). Barcelona: Ariel.

Portada del libro "La riqueza de los humanos"

Portada del libro

Uno de los problemas más acuciantes para la humanidad del  presente siglo es sin duda el del trabajo.  Una persona, especialmente preparada para ofrecernos una buena visión amplia del marco en el que es bastante probable que nos vayamos a mover globalmente, es el economista Ryan Avent, columnista y editor senior de la prestigiosa revista The Economist, con independencia de que uno pueda o no compartir plenamente sus propuestas de solución o del enfoque bien conocido –liberalismo- de la propia revista.

El libro  parte de un hecho constatable en nuestros días: el de la revolución digital.  A partir de aquí surgen los grandes interrogantes para la actualidad y para el futuro inmediato: ¿cómo va a incidir en nuestras vidas y en nuestras sociedades esta revolución? ¿Estamos debidamente preparados para enfrentarnos a los múltiples y profundos cambios que las nuevas tecnologías digitales a buen seguro van a producir en todo el mundo –hiperglobalización-?  De hecho, ya estamos asistiendo a grandes transformaciones y cambios acelerados, inimaginables hace tan solo unas décadas, en el mundo laboral y doméstico: la digitalización de nuestras vidas, el enriquecimiento vertiginoso de una minoría y el empobrecimiento rápido de una mayoría, la abundancia de población en edad de trabajar, la escasez de puestos de trabajos, el aumento de la productividad, la rápida automatización de las tareas hasta hace muy poco ejecutadas por humanos y ahora ya plenamente robotizadas (robots obreros), por traer a colación sólo algunos ejemplos bien ilustrativos.

Se parte del presupuesto de que es mejor reflexionar sobre estas nuevas realidades que asumirlas pasivamente, dado que estamos a tiempo de tratar de paliar al menos algunos de les efectos claramente perniciosos para una buena parte de nuestros congéneres –el flagelo del estancamiento secular, las desigualdades-, a la par que obtener el máximo rendimiento posible para nuestro bienestar personal y social –el desarrollo del capital social, el idóneo encauzamiento de las virtudes de la escasez-.

Si bien el libro, como resulta obvio por el ejercicio profesional del autor, se centra en la economía –implicaciones de la revolución industrial, análisis de las diferentes fuentes de riqueza, factores condicionantes de la pobreza, éxitos y fracasos de la economía digital-, en modo alguno deja de lado el análisis de la riqueza humana, poniendo de manifiesto la imperiosa necesidad de tener en cuenta el capital social, la cultura empresarial (capital intangible), el conocimiento implícito y la equitativa  distribución de  la riqueza, si no queremos ser víctimas de los previsibles estragos y perturbaciones de la presente revolución digital –economía digital-: salarios decrecientes en la era de la abundancia, exceso de mano de obra, discriminaciones, desigualdades, guerra de clases, exclusión, cambio climático, crisis económicas.

Igualmente, como era previsible, esta revolución no se va a circunscribir en modo alguno al ámbito de la economía, sino que tendrá importantes repercusiones –de ahí el interés específico para los psicólogos y psicólogas educativos- en la educación (cursos en línea de alta calidad, aulas invertidas; demanda de trabajadores –profesorado e investigadores-cualificados) y en la sanidad (incorporación de las nuevas tecnología al servicio de la salud: diagnóstico e intervención automatizados). Ya lo estamos viviendo en nuestras vidas: la enseñanza presencial se está digitalizando a pasos agigantados al igual que ocurre en el campo sanitario. Si a la empresa hay que considerarla ya como un organismo de procesamiento de la información, ¿qué decir de las instituciones educativas, en todos los niveles, y de los centros de salud? Y si en el terreno de lo económico es pertinente poner de manifiesto las fortalezas y debilidades de nuestra actual revolución, como así se ha venido haciendo de hecho con la anterior revolución industrial, no debería ser menor el esfuerzo que realicemos con respecto a los ámbitos de la educación y de la salud. Por eso, en esta publicación nos encontramos con manifiestas alusiones a ambas facetas capitales de nuestras vidas.

Esta obra destaca al menos por dos rasgos muy positivos: el del dominio académico y profesional puesto de manifiesto en cada uno de los asuntos tratados  y el de la maestría con la que ha sido escrita. No son de extrañar, pues, las evaluaciones positas que está cosechando.

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