Schwab, K. (2016). Barcelona
Portada del libro «La cuarta revolución industrial»
Un rasgo relevante de nuestras vidas ha de ser el conocimiento básico de los contextos físico y social en los que nos desarrollamos. De ahí deriva la importancia de esta obra del economista, ingeniero, profesor, fundador y director del Foro Económico Mundial, pues trata de mostrarnos lo elementos constitutivos de la por él denominada cuarta revolución industrial. En ella estamos y ella condicionará, querámoslo o no, nuestro presente y nuestro inmediato futuro. Mejor, pues, que estemos informados de sus aspectos más específicos y determinantes.
Como no podía ser de otro modo, el autor se hace eco en un primer momento de las revoluciones previas: la agrícola (hace unos 10.000 años), la primera revolución industrial (desde aproximadamente 1.760 a 1.840), la segunda revolución industrial (desde finales del siglo XIX a principios del XX) y la tercera revolución industrial, que se inicia en la década de los sesenta y perdura hasta nuestros días. La cuarta daría comienzo con el siglo XXI y todos los indicios nos indican que evolucionará rápidamente a lo largo del mismo. Lo que la diferencia de las demás es que su punto de apoyo es la revolución digital. Algunas de sus características definitorias serían la inteligencia artificial, el aprendizaje de las máquinas y un internet más ubicuo y móvil (el internet de las cosas).
Si nos queremos asomar al cambio profundo y sistémico de esta revolución , hemos de tener en cuenta que ella supone la convergencia de distintas tecnologías físicas, digitales y biológicas: nuevos aparatos (chips, sensores, teléfonos…) inteligentes incorporados a nuestros cuerpos; presencia e identidades digitales disponibles a lo largo y ancho del mundo; información ubicua e instantánea en red; instrumentos, aparatos, medios de transporte (vehículos sin conductor), casas, ciudades, todo ello con la denominación de inteligentes y que ya han ido viendo la luz en nuestros días; almacenamiento de datos ilimitado y gratuito (financiado con publicidad); internet de y para las cosas (máxima conexión digital de las mismas); tecnologías de big data (macrodatos o datos masivos), relacionadas con la toma de decisiones en los más diversos ámbitos; la robótica y sus servicios en multitud de campos, tanto de la industria como de la agricultura; el bitcoin (moneda digital) y el blockchain (base de datos fundamentada en cadenas de bloques); la economía colaborativa (intercambio de bienes y servicios, gracias a los mercados en línea y a los diferentes plataformas digitales); manufactura aditiva (impresión 3D) aplicable a áreas como la industria, la salud o los más variados artículos de consumo; o las neurotecnologías y las nanotecnologías.
Con lo indicado, uno puede asumir, incluso antes de leer el libro, que estamos viviendo ya una serie de cambios radicales que afectarán a la economía, a los negocios, a la sociedad, a cada ser humano y a todo el universo. Ni que decir tiene que estos cambios son susceptibles de ser encauzados en diversas direcciones, por lo que sus consecuencias pueden resultar favorables o desfavorables. Una pregunta obvia y clave es: ¿para quién pueden ser favorables o desfavorables? Los niveles de respuesta son múltiples, en función de la perspectiva adoptada: individuo, grupos, comunidades, sociedades y el propio universo.
El libro supone un paseo iniciático, relativamente bien documentado (nivel de divulgación), por al amplio campo de esa cuarta revolución industrial, con multitud de ejemplos ilustrativos de los principales hallazgos en el momento presente y de los previsibles avances en el inmediato futuro. Se señalan, además, los impactos considerados positivos, los considerados negativos y aquellos que, por desconocidos, pueden ir en una u otra dirección, con respecto a más de una veintena de cambios tecnológicos.
Entiendo que los psicólogos y psicólogas educativos debiéramos estar sumamente interesados por vislumbrar lo que se nos avecina (la lectura del libro supone una extraordinaria oportunidad para ello), pues los sistemas de enseñanza y aprendizaje (que son nuestro específico mundo académico y profesional) en modo alguno van a poder permanecer al margen de esta extensa e impactante revolución. Es conveniente que nos encuentre debidamente preparados.